La sierra de Collserola se alza como atalaya en medio del área metropolitana de Barcelona. Un magnífico macizo, cercano, familiar y valioso. Un privilegio para la gran población que vive a su alrededor. Más de 8.000 ha de espacio natural protegido, donde predominan los espacios forestales pero con una variedad de formaciones vegetales que le confieren una valiosa diversidad biológica.
Collserola es también un espacio para descubrir y aprender, un espacio de encuentro y de ocio. Esto hace que su gestión, a cargo del Consorcio del Parque, tenga como finalidad última promover el uso respetuoso y sostenible de este espacio, a la vez que preservando sus valores naturales.
Este territorio ha sido gestionado desde el año 1987, en el marco de un Plan especial de protección, y ahora ha visto reafirmada y consolidada su dimensión ambiental con la reciente declaración de Parque Natural.
Parque de Collserola
“El parque necesita gestores para su protección y conservación”
Valldaura Labs contribuye a la protección y conservación del Parc Natural de Collserola, mediante su plan de Gestión forestal y su plan Agrícola, que impulsa la biodiversidad, la re-introducción de especies tradicionales, un programa de restauración de estructuras agrícolas históricas y otro programa arqueológico, todos ellos en colaboración con el Consorcio del Parc.
Mapa interactivo de Collserola
Collserola Web site
Cerdanyola
“Ciudad universitaria y de investigación”
Cerdanyola cuenta con el campus de la Universidad Autónoma de Barcelona, con el Parque de l’Alba, el Sincrotrón, y ahora con el centro Valldaura Labs, que convoca a científicos e investigadores internacionales para generar conocimiento sobre el hábitat autosuficiente. IaaC y el Ayuntamiento colaboran en las excavaciones entorno al Palacio Real de Valldaura.
Barcelona
Un centro de investigación en el centro del Área Metropolitana de Barcelona.
La ciudad de la telefonía móvil y las Smart Cities, donde Ildefons Cerdá acuñó hace 150 años la palabra “urbanismo” (hoy presente en todos los idiomas), la capital del diseño y la arquitectura de vanguardia, de la nueva cocina y del turismo cultural, se orienta decididamente hacia la regeneración naturalista de su asentamiento en el territorio. Una ciudad que quiere ser productiva, limpia, autosuficiente, conectada, generadora de valor y abierta.





















